cuando un blog se convierte en diario íntimo parte ii

pero hoy todo es mejor.
porque hoy le hice una finta espectacular al tedio del domingo, despistándolo con traducciones, caminata, final de lectura de novela lacrimógeno y un par de horas de cocina. tengo un pastel de papas y zapallo en el horno y ya hice una tarta de acelga. y algo que disfruto mucho es tomar vino mientras cocino. tiré media copa a la carne picada del pastel y le hice compañía con un par de copas más que me abrigan del frescor hermoso del otoño.
no hay nada como sentirse bien. estoy sola pero me siento bien. será el vino, la novela preciosa, las maravillas culinarias, la elección de música adecuada o el sábado de ayer, que duró todo lo necesario y tuvo todo lo requerido (examen de mosquetón corazón aprobado, visita a amistades, recital "lo bueno, si breve, dos veces bueno" con encuentros amistosos y sueño fácil y con doble frazada), o de nuevo la música o de nuevo el vino, quién sabe.

repito, no hay nada como sentirse bien. y si bien estos cosos sirven para vomitar los malestares, para expresar con cierta pretensión literaria todos los intríngulis -ojo, palabra aceptada por la rae- de la vida, también vale la pena celebrar un poco, compartir algo de todo lo lindo que pasa.
para los amigos que están lejos, para que yo lea cuando estoy triste o ebria o ebria y triste, para documentar un poco más, atragantando la red con más sandeces verbales y fotográficas como ésta:


y además, si está rico y si me inspiro, en pocos meses publico la receta.