humo a la cara

me niego a quemarme con tu ceniza
maldito vil ardiente cigarrillo
fogoso recuerdo de otoño enhojado
un rotundo no ante tu humo
despreciable envolvente voluta viscosa
mi vicio
vulneras mis capas, me envuelves cual velo
cruel, malvada brasa enmbravecida
no más abrazos ni brebajes ni vivas
no más mentiras de cenicero lleno
no más manchas y mugre en las manos
no, mas renaces de entre las sombras
silenciosa exhalación, zumbante recuerdo
una chispa a los ojos
resurges llameante, fósoforo que se enciende
fibras de madera en combustión
filos de papel junto a mi boca
frío y hojas afuera
tú te quedas
tú te enciendes, me enajenas
tú,
sucia
hiriente
apestosa imitación de tabaco
mas soy yo
quien se quema
además
luego te vas
y qué me dejas
tu esencia
tu olor
para acosarme
sin estar presente