9.12.06

volver verte vibrar vacío viñedos volcados en vino voluntad viciosa valor vergüenza
¿has visto..?
saber sentir susurro suplicio sanción simpleza soledad cenizas cenizas
cenizas

mi encuentro con el teclado se debe principalmente a una necesidad catártica.
el uso de palabras se debe principalmente a la posesión de un vocabulario, limitado pero relativamente extenso, por lo que me siento obligada a hacer uso de él. utilitario, todo tan tristemente utilitario.
abuso de las letras, proceder a aliteraciones constantes aunque justo no ahora.
y dejo, dejo que los dedos recorran el plástico como dejo que el aire haga vibrar las cuerdas vocales. una vez más, y digo, auxilio. se nota cierto esfuerzo en la equis, letra mágica, y se complica la articulación labial, el cambio de la a a la u a la equis a la i. lenguaje.
qué decir en esta noche como tantas. accedo a mi espacio virtual y me ofrezco a la red que me atrapa con gusto. sin estar muy segura de nada sacudo la cabeza y digo:
ficciones. ficciones. ficciones.
son tan fáciles las ficciones.
me tomó tanto tiempo darme cuenta. tirar la moral a la mierda.
no hay tabú. acá en mis ficciones puedo contar lo que me plazca.
un encuentro con mi mejor amigo bajo tierra, un cadáver de veinte años de antigüedad, tanta tierra y tiempo, le aumenta la belleza con los gusanos corriendo por sus huesos. me dice, me dice que el pelo crece y me pide una manicura, pero cuidado con los dedos, y se los beso uno a uno y sus labios y su carne tan marrón y perfumada.
y hay más ficciones, ahora soy un hombre de cuarenta y cinco años en el subte repleto volviendo de tribunales, siempre la misma rutina pero mirá qué bonita la morocha que tengo enfrente, a ver, así, más apretaditos, qué rico, qué pasa, no está pasando en serio, es accidental, mhh, es que hay tanta gente que no se puede mover, un poco más, creo que lo está haciendo a propósito, creo que le gusta, qué hago, qué le digo, mirá qué putita resultó la morocha, me estoy poniendo colorada, qué hago, voy a llorar, a ver qué pasa si le meto mano, ¡epa, qué frenada!, me quiero ir, quiero bajarme, respira agitada, cómo se calentó la minita, estoy llorando, alguien haga algo, voy a hacer algo más, me siento mal ta mal, ¿rico, no?, no está pasando, no está pasando, tensa, la guachita, bájense, bájense todos, tremendo hijo de puta, ¿qué?, quién mierda te creés para manosearme así, abusador de mierda, pero pará, flaca, ¿pará? ¡desgraciado, vos pará, qué mierda andás apoyándote a minas en el subte!, pero yo, callate pelotudo
¡acosador!, grita una mujer petisa y regordeta.
viejo verrrde, piensa una nena de trece años mientras lo mira con odio.
no tenés respeto por las mujeres, dice un muchacho con cierta angustia.
me fui a la mierda, tomá por hijo de puta, mejor me bajo acá así no me cagan a palos, más te vale bajarte en la próxima si no querés quilombo,
siempre lo mismo,
uno que te apoya y no querés darte cuenta hasta que.
siempre lo mismo,
dejarte caer suavemente hasta el apetitoso culo de una minita cuando entonces.
acción reacción.
causa y efecto. esa insoportable obediencia del efecto a la causa, dice don julio.
la próxima viajo después de la hora pico.
al próximo lo recago a piñas.



sin embargo falta. hay tanto. acá sólo el principio de algo no tan grande. acá empiezan historias que se van a ir alejando de todo esto hasta aparecer en.
nunca más
vas a saber
qué palabras usar cuando.
sin sentido nonsense insanía locura sálvenme palabras poderosas
recito días de júbilo en mi cabeza y hay rimas certeras y consonantes
y la musicalidad, la poderosísima musicalidad que lo mueve todo de un lado al otro, una lullaby for dawn, siente, siente esta vida corriendo por mis venas.
dejarme llevar en mi delirio, transporto mi valija de locura y la abro y saco, esto saco y aquello, y resulta ser tan banal tan típico y poco importa.
¡salud!

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