2.6.07

watch out where the huskies go, but don't you eat the yellow snow!



mto. madryn en los años en que las casas eran escupitajos solitarios entre los médanos y el ripio. regresábamos de otras costas y nos instalamos ahí donde mis sres. padres siguen viviendo, en la casa cubo cuando aún era un cubo y nada más que eso. sin auto, sin cable, los entretenimientos eran atc y trepar árboles y meterse en casas semiabandonadas. también armábamos la carpa en el camping de la ciudad, que nos quedaba a unas veinte cuadras. era toda una aventura, subir el indio caminando y llegar a la puerta del a.c.a. y armar la carpa y casi matarse al poner en práctica los juegos suicidas infantiles. en casa con fede nos agarrábamos a piñas y siempre alguno de los dos terminaba llorando. y con retos por parte de ma o pa. creo que más de ma. ma siempre cocinó riquísimo y en los cumpleaños nos preparaba tortas rellenas de duraznos con crema y dulce de leche y las decoraba. una vez me hizo una con la cara de mickey, y las tarjetitas y la piñata y todo era de mickey. pero del de antes, el de los ojos raros. era más bonito. para un cumple de fede armó una torta-cancha-de-fútbol con jugadores y todo, eran playmobils. hasta tenía gradas hechas de oblea que, por supuesto, fueron derrumbadas y devoradas por infantes una vez que el cumpleañero terminó de soplar las velitas. y los pullovers que hace ma son geniales; tengo uno puesto ahora, negro con rombos fucsia, re bonito y abrigado. cuando era más chica me hacía vestidos, hasta que no hubo más opción que reemplazarlos por algo que resistiera mi ahora apagada hiperactividad y mi torpeza.
papá pokkar escuchaba música rara y nos hacía escucharla. había noches en que nos quedábamos bailando al ritmo de sintetizadores primitivos y sonidos guturales. en esas noches aprendí el baile del robot, que me sale tan involuntariamente en estos días, incluso cuando intento desrobotizarme. pero en ese entonces era mi meta, y yo imitaba a pokkar y me colgaba de sus brazos que me levantaban del piso y volvían a bajarme maquinalmente. también cantábamos una canción que cantaban los oompa-loompas en la primer película de charlie and the chocolate factory. además de sintetizadores sonaban guitarras y rock sinfónico y voces profundas que se me fueron haciendo familiares hasta que las olvidé un poco. hasta que vine acá y por esas cosas de la vida me puse a pensar en un personaje del que habló tanto tiempo mi pa. frank zappa. nieve amarilla. un llavero con zappa sentado en el inodoro, mirando a quien lo mira. en otras fotos tiene anteojos redonditos y barba simpática, bigotes enormes, nariz curva y flaco flaco. sonriente. se parece un poco a mi pa hace unos cuantos años.
los ciclos, los ciclos. un texto de mierda y una memoria apacible mientras la voz de frank me divierte con su ir y venir y su claridad y sus letras y me río, pienso en las veces que lo habrá mencionado mi pa y que no le presté atención, hasta que click, apostrophe, lisergia garantizada sin consumo alguno de substancias. más allá de todo, el asunto se torna adictivo. una vez que se termine no voy a poder hacer más que poner play otra vez.

No hay comentarios.: