lo más absurdo de la procrastinación es que el tiempo termina convirtiéndose en esa corrida al colectivo que ya está a media cuadra de distancia y que se sigue alejando.
una analogía un tanto inconexa, ahora que la releo -en realidad la repienso-, pero en fin y al fin y al cabo y escribir como excusa para no agarrar los malditos apuntes de traducción que jamás en mi vida leí en su totalidad, y notar que justo falta uno del que hablaron hoy, habrá que ir al lenguas, tal vez puede ser productivo elegir la biblioteca para estudiar en serio. porque, sinceramente, esto no es estudiar. tampoco es usar el tiempo para algo práctico, como ser limpiar el baño, porque los hongos, que no fotosintetizan, sí crecen y se desarrollan a velocidades sorprendentes, más en estos días en que llueve y las toallas quedan hechas una baba olorosa y hay que usar una distinta cada día hasta que ya no quedan y hay que llevarlas todas al lavadero, que aumentó otra vez y es la tercera en el año, y uno se pregunta hasta dónde va a llegar porque el papá de una amiga dijo que en poco tiempo la economía esta de acá se iba a la mierda, y el profesor copado de luli dijo un no menos catastrófico no falta poco para quedarnos sin petróleo, y el otro tipo, ese que escribe y que editan y que leemos, ese otro hablando de un fin del mundo tenochtitlanoso, y la eminencia del tiempo que me aplasta como el más vil ser humano a la más inocente hormiga.
en realidad esto no tiene sentido. nunca voy a llegar a leer todo eso, y si llego, nunca voy a poder digerir bien el asunto.
de todas formas no importa, puesto que este tipo de procrastinación da gusto, porque es escribir y uno ve cómo todas las palabras que elige se van armando virtualmente e impresionan porque contraste de colores, retina, decía un texto del cual me acuerdo sólo eso.
seguramente, una vez que lance esto a la red, voy a decirme que sí, que ya son las siete menos veinte y que más me vale leer, porque mañana no voy a llegar a todo eso, pero cuando me incorpore voy a ver la taza sucia y el plato con migas, voy a lavarlos minuciosamente así como la cafetera, puede que me resista a leer con el mantel tan desequilibrado, entonces sacar las fotocopias de encima y acomodarlo hasta que haya una precisión geométrica y digna de una pieza arquitectónica sin fallas (¿?). como la demora de este texto, la demora de todo, y creer que el tiempo nos acompaña y no, sigue corriendo y no te avisa, va a su ritmo incomprensible y no te dice que nos apuramos, no te dice que este instante es más largo, ni cuando hay pausa, ni cuando hay sueño, ni insomnio, sólo cuando lo alcanzás se digna a un llegaste tarde, alpiste perdiste.
de agujero a agujero
Hace 4 horas.

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