17.1.08

instant karma (we all shine on)

decimoquinta vez que entro a este lugar y no me sale una mierda. lo peor es que hay momentos muy adecuados para ser reducidos o magnificados por medio de la escritura; es más, en esos momentos pienso en las palabras que me gustaría usar, la estructura que conviene, posible foto que por una vez haga de epígrafe de un texto en vez que a la inversa. en fin, llego acá y me bloqueo. me trabo. sólo sale esto, una queja caprichosa, repetir cincuenta veces seguidas que ya no sé escribir, y que seguramente nunca supe. que las cosas más copadas ya las escribieron otros, que me falta originalidad o a lo sumo experiencia, al menos algo para poder crear o copiar.
da la sensación de que se precisa un poco de orgullo para escribir. al menos el suficiente como para valorar lo que uno escribe por un rato. orgullo o sentido común para algunos. la verdad no sé.
los personajes de stephen king son un poroto al lado mío. ¿ellos se quejan de bloqueos de escritores? ellos son ficciones, los malditos. además siempre terminan pudiendo escribir algo, o a lo sumo pasan por aventuras increíbles, relaciones con fantasmas, mounstros y palabras en eshpañol peninsular, donde la traducción de dick es polla y resulta imposible no reírse un poco cada vez que aparece en un renglón. en fin. acá, en la realidad --siempre y cuando la matrix sea sólo ciencia ficción, e incluso si lo fuera sólo unos pocos elegidos en el mundo tendrán la oportunidad de ser liberados de esta jaula de sensaciones y quién te dice si al final no somos todos un poco personajes de un mundo feliz o un poco como el malo de the matrix y preferimos esto, además del hecho de que, sueños dentro de sueños, es probable que si la matrix existe también puede haber otra matrix más alla, si ya los átomos nos lo indican, si ya las células son cada vez más complejas y con partículas cada vez más chiquitas, si es como mirar el cielo o el mar y lograr la sensación abrasiva de una sonrisa fundida en la cara que sabemos es menos que poco en todo esto que nos rodea, verdadero o no--, en la realidad suele ocurrir que no se nos aparecen fantasmas. tampoco mounstros, a lo sumo una arañita, un ataque de piojos, en el peor de los casos un minúsculo virus devastador o un conjunto de células enloquecidas que se multiplican donde no corresponde. el español peninsular suena tan raro como otro idioma completamente distinto. los fantasmas nos persiguen pero el mayor sufrimiento es que está la esperanza de verlos sólo una vez más después del final, aunque sabemos que jamás llegarán a materializarse, ni siquiera un mensaje en el espejo o una silueta con forma de ellos. y los bloqueos perduran.
como ahora.

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