playa

hay un par de chicas con dreadlocks por la cintura y seguro que mucha gente habla de ellas. más porque una tiene mechones rojos. mechones que vienen a ser los dreadlocks, claro. se ve que hablan y que no toman mucho sol y que en cualquier momento se van a ir.
hay una mujer que saca la cola para jugar al tejo. tiene una pollerita cortita cortita que aprendió a usar de telón para sus nalgas, porque a cada tirada del tejo ella calcula de dónde viene el viento, así cuando se agacha su pollerita se alza y por breves segundos el alzado público puede apreciar la consecuencia de buen tiempo invertido en el gimnasio.
hay chicas flacas y con anteojos gigantes y bikinis diminutas que caminan por la playa con más estilo que cualquier sonsa de la alfombra roja. a veces van con ropa, blanca, moderna, que permite disfrutar de las siluetas. pasan sonriendo, grupo de adolescentes por grupo de adolescentes, mientras reparten unas tarjetas enormes, tarjetas de promoción de un boliche. hablan entre ellas y se ríen y cacarean.
hay canchitas de fútbol por todos lados. la arena está dividida en cuadrados más bien irregulares, montoncitos de zapatillas y demás yerbas se distribuyen de a dos, enfrentados. por más que las proporciones ya estén establecidas, siempre se sigue el juego más allá. y uno siempre va a tener que pasar una pelota o esquivarla o alejarse tanto como para no escuchar el ruido de patadas que indica la-esfera-está-en-movimiento-y-viene-hacia-ti.
hay viento. la sal hace maravillas con la piel, secándola, descascarándola, el pelo se endurece por el agua salada y es posible hacerse un jopo que cualquier rocker envidiaría. hay algas en vías de descomposición, hay mucha gente, carritos que llevan artesanías y ropas de la india made in china, churreros, pochocleros, alfajoreros, sacramenteros ateos que venden el pecaminoso jamón en unión carnal con el queso adentro de sendas facturas. hay pelotitas de goma que vuelan de un lado para otro, impulsadas por paletas de madera o en su defecto paletas del difunto paddle. hay colillas de cigarrillo y pelos sueltos, balnearios que compiten (música electrónica vs. regaae cafrero), botellas de cerveza medio escondidas, familias y chicos que van a para alejarse de sus familias, hay tatuajes y piercings y pareos, hay buzos por si refresca, paravientos, reposeras, sombrillas asesinas, mate y tereré y cocacola; hay galletitas (tía maruca especialmente), hay panza al aire y protector solar y hawaiian tropic con olor a coco, hay ojotas, sandalias, zapatillas, un par de skates, bicicletas, estacionamientos llenos, murmullo constante de las olas y la gente, los gritos, algunos besos, guerra de barro, castillos de arena, pozos para que llegue el agua, fosa de cocodrilos, decoración con almejas y conchillas blancas, un tenósforo para espantar a las nenitas, guerra de tenósforos y todos quedan hechos gelatina y se la van a sacar al agua salada, hay pocas olas y un par de baywatchers con mallita roja y salvavidas a tono, hay quizás una guitarra, un proyecto de fogón nocturno pero en día de semana, hay un grupo de muchachas y yo estoy con ellas y llevo galletitas y ellas tienen mate o tereré o ambas cosas y les usurpo una toalla y las escucho hablar y a veces participo y hago pocitos con los pies en la arena y el sol quema bonito y
el viento aún es una brisa y me tiro panza abajo y busco algo como almohada y recibo el mate que me alcanzan y lo tomo de a sorbitos.