22.3.08

el motivo de mi encanto

primero y principal, la liquirizia genuina, sin azúcar, pura hasta cierto punto, amarga, negra, brillante. oro negro, como bien dice su nombre.


un close-up para apreciar las astillas del paraíso:


segundo, golia, mi golosina de la infancia, liquirizia endulzada y masticable que se pega a las muelas, tamaño mínimo y más que adecuado para estas gotas de sabor intenso pero no agresivo:

y claro, no pueden faltar, golia bianca, innovación ya antigua de centro oscuro y cubierta lisa y de un prístino blanco:


ahora, para los que dicen que aguantan de todo, algo serio: extracto de liquirizia casi puro, extra forte, un sabor jodido pero adictivo, y sin aditivos. un cilindrito de ésos y la lengua se tiñe de marrón. recomendadísimo: tomar soda mientras se comen estas pastillas. una fiesta bucal, y no me vengan con los dobles sentidos que, repito, este caramelo es algo serio:

me dijeron que en españa las mastican para dejar de fumar. leí en la red que incluso se pueden meter en agua caliente y que se toma como infusión. acá está el origen de todo, delicadamente empaquetado en cajitas de cartulina. liquirizia radice, es decir raíz, más dulce de lo que muchos piensan, se pone complicado cuando el xilema o floema empieza a desprenderse y se queda hecho hebra entre los dientes. de todas formas, cómo no adorar el principio de mi negra felicidad:



por otro lado, no todo el mundo es regaliz, y por los pagos franceses existe algo que es digno de envidia y devoción. las petit écolier, simples galletitas de manteca que se convierten en el desayuno y merienda más sublime por su generosa capa de chocolate semiamargo. incomparables:



finalmente, una curiosidad estadounidense aportada por luli -el resto cortesía de pokkar viajante-, las famosas grageas de todos los sabores de harry potter. para quienes no estén al tanto de la cuestión, resulta que en el mundo mágico tienen golosinas distintas, y los muggles -humanos que no son magos- no pudimos más que imitarlos. así fue como empresarios de traje optaron por hacer algunas de ellas. he aquí el resultado; una cajita que apenas sobresale de la palma de la mano, repleta de imitaciones de porotos de diversos colores y sabores, a saber: pimienta negra, arándano, mocos, pochoclo con manteca, cereza, canela, mugre, gusano de tierra, cera de oídos, mermelada de uvas, pasto, refresco de limón, pickle (¡nuevo!), huevo podrido, sardina, salchicha (¡también nuevo!), jabón, malvavisco tostado, tuttu-frutti y vómito. cata osó probar dos, dijo que la de mocos era salada. yo todavía no me les animo, me quedo con mi negro y delicioso veneno.


nota relativamente relevante: el consumo excesivo de liquirizia -conocida en el mundo de habla castellana como regaliz- puede resultar peligroso para personas que sufren hipertensión, puesto que esta raíz tiene la cualidad de subir la presión. más allá de eso, si quieren convido, si es que queda. padre pokkar trajo un gran cargamento. en cuanto a las petit écolier, sí, convidaré, pero debo admitir que seré más celosa al respecto.
fin del comunicado.

1 comentario:

Anónimo dijo...

Perdona, donde encuentras los golia? Son buenisimos y quiero comprar pero no sé donde conseguirlos!