22.3.08

teñida de encanto

mi boca gotea regaliz amarga regaliz amargo café sin azúcar mate solo regaliz liquirizia ahogando mi lengua mi paladar mi placer mi infortunio mi delirio mi delicia mi desastre mi nostalgia mi recuerdo mi embrome mi estupidez mi desfasamiento mi ilusión mi ignorancia y sólo decirte que estoy loca, loca, loca, la locura es portátil y bien puede viajar en un morral con una pe de pixies estampada en un parche, mi locura es volátil, voluble, invisible sale como una exhalación de humo transparente negro de liquirizia pintando la lengua y los dientes y las manos.
la lluvia hace que respire mejor porque me contó mi papá que aplasta toda la tierra y la mugre y el polvo como decían en un cuento de cuentos que cuentan los tehuelches, la lluvia se mira por la ventana del colectivo cuando te dejan un asiento y se arrastra por los vidrios suicidándose por la ciudad como masomenos dice don julio.
pienso y repienso y no hay caso y la cuestión es que tengo que dejar de pensar para poner lo otro primero y vuelvo a la pastillita cilíndrica rechoncha de liquirizia regaliz, una más para hacer pasar el tiempo, para apretarlo entre los molares y hacerlo estallar en mil astillas negras brillantes refulgentes y sin azúcar, hacerlo pedazos y pensar que es partícipe de la ronda de la taza del poema que nada en el café, pulverizar el mundo con una sola mordedura, una falta de todo esto que anoto, dame media hora para ordenar mis pensamientos de propóleo, de raíces inmundas que todos detestan pero que yo adoro con la potencia de un infante aferrado a su caramelo preferido.

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