me mira, no miro. sé que me mira. sus ojos clavados en mi nariz. ahí no mira más. ahora de nuevo. qué hago, la miro. le digo "hola flor, ya sé que no sabés quién soy y que te resulta raro que sepa tu nombre. verás, la cuestión es que una amiga vive ahí enfrente de donde se juntan y nosotros nos divertimos mirándolos por la ventana y ya nos aprendimos varios nombres y ya sé que fumás lucky strike común y que no tirás los papelitos en la calle sino que te los guardás en el bolsillo de adelante de tus jeans."
mejor sólo mirarla para que desvíe la mirada. ¿y si no la desvía? ¿y si se me queda mirando qué digo? "¿hola?" seguro que es de ésas. segurísimo.
entonces faltan dos cuadras para que ella se baje y no termina de saber quién es, de dónde lo conoce. recitales, reuniones, la facultad.. quizás algún ex compañero de secundaria que no la soportaba y por eso se hace el que no la mira. realmente le molesta. igual si la mirara ella se haría la distraída, se asomaría a la ventana o guardaría el boleto en su bolsillo.
mejor me hago el que no sé nada y toco timbre. tampoco tanto drama porque es flor. más bien justamente por eso.
entonces ella se da cuenta de que es el chico ese que seguido ven entrar al departamento de enfrente, será de la novia, seguro, esa chica bajita y él tan alto, siempre las parejas así son más llamativas, aunque no parece que fueran novios, flor nunca los vio de la mano o dándose un beso en la entrada, además esas distancias se sienten, se nota cuando alguien está con alguien, cuando los químicos borbotean. se levanta de su asiento y se pone al lado del chico y no lo mira pero lo piensa
deben estar todos afuera, norita debe estar dándose un banquete de palabras ajenas, anotando frases en su bendito cuaderno, fumando como desgraciada para hacer algo mientras se clava a la ventana. qué hago, la miro y le pregunto. sí, la miro y le pregunto y le digo que la vi un par de veces, que su cara me sonaba
se abren las puertas del colectivo; oliver baja antes y empieza a caminar y apura el paso cuando la nota a flor al lado de él.
soy un cobarde.
acomoda sus pasos a una velocidad normal. cuando parece que están caminando juntos flor dobla a la derecha y se interna en un kiosco. oliver la escucha pedir un lucky común. llega a la puerta del edificio y toca timbre y ahí bajo, dice norita. él apoya la espalda contra la pared y mira a flor, que cruza la calle con un cigarrillo ardiendo en su mano. los saludos continúan cuando su amiga le abre la puerta y le da un abrazo mientras aprovecha para ver más de cerca al grupo que espía desde los aires.
de agujero a agujero
Hace 4 horas.

1 comentario:
como persona que no estoy seguro que sepas quien soy, y visitante bastante regular de este blog, debo decir que me encantan las historias de oliver y norita.. son la vida misma
Publicar un comentario