no tengo escrúpulos. no tengo esa moral.
si hay una carta la agarro y la leo, sin importar el destinatario. entro al edificio, agarro el montoncito y barajo las cuentas hasta que aparece un sobre manuscrito, un remitente que no es empresa, una estampilla de verdad. miro a qué departamento corresponde, la meto debajo de la axila y dejo el manojo restante bien apilado en la mesa de correo. después subo las escaleras y llego a casa y caliento agua en la pava y abro el sobre. cuando el café está listo saco las hojas y leo.
no tengo escrúpulos. no tengo culpa.
de agujero a agujero
Hace 4 horas.

3 comentarios:
de veras?
Es que probablemente esos escrúpulos, esa culpa se encuentran dentro de ese sobre maravilloso, enigmático, extraño que es su vida...
estaria bueno...
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