19.10.10

incienso

-sirve para limpiar- me dijeron.
estuvo en el portalápices por más de un mes.
pasó tiempo y puse marcos nuevos en la pared. saqué el collage del pasillo. ya había pasado mucho tiempo desde que lo había colgado, tres años, ponele, y a veces hay que renovar, rehacer.
hoy saqué el collage y prendí el sahumerio y, dada la distribución y la magnitud de mi departamento, el humo se desprendió y viajó rápido por los ambientes, bañándolos a todos con un olor intenso, casi desagradable.
a veces limpiar es un acto sucio. es sacar las cosas que estaban escondidas para poder respirar mejor. los angloparlantes tienen la expresión "stirring up shit" (revolver mierda, llevar mierda a la superficie) para referirse a las cosas malas del pasado que se traen a colación. limpiar a veces asfixia, tanto por el poder de los desinfectantes como por las sorpresas en putrefacción que pueden aparecer en un estante polvoriento. y en las manos siempre quedan los rastros de todo lo que se acomodó, reordenó o tiró a la basura. y en la piel, en el pelo, en la cara.
apagué el sahumerio en una de las macetas para que me durara las tres veces que me habían dicho que tenía que llevar a cabo el procedimiento de limpieza. ordené unos libros y unos discos y me fui a cursar, después a boulder.
cuando llegué a casa ya era de noche. miré la pared con los marcos nuevos. fui al dormitorio y atravesé el pasillo totalmente blanco. qué lindo, me dije. limpio.
me preparé la cena y me senté a comer. enfrente mío estaba el atril. atrás sonaba el equipo de música. el olor del sahumerio ya no se sentía, pero noté que había cumplido su función de limpieza porque el living había perdido todas las propiedades que había ido adquiriendo en los últimos meses, que, por supuesto, en mi memoria se volvieron tan potentes como el incienso, y muchísimo más valiosas que un cuarto limpio y vacío.

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