15.6.07

la fiesta zombie parte II


lo que continuó fue inaudito, como ha de ser en toda fiesta zombie. la cosa es así: atravesamos la puerta y esquivamos a quienes estaban sentados ocupando gran parte del piso. una banda compuesta por cantante-guitarra, bajista y aparatito reproductor de batería estaba haciendo lo suyo en el ya conocido escenario zombie, rodeados de gente y humo y luces de navidad. nos sentamos como pudimos, luli al lado mío, ezequiel al lado, y a iñaki lo perdimos de vista, seguramente se había quedado parado haciendo su análisis musical para poder explicar en un futuro una mezcla de qué era la banda agregando sus bien ponderadas apreciaciones personales. pasó la música mezclada de aplausos y comentarios del cantante y comentarios entre luli y yo: "esta fiesta está rara"; cosa completamente racional, puesto que SIEMPRE que vamos a una fiesta zombie pasa algo extraño. sin embargo no eran los algos las rarezas, mas los quienes. faltaban los habitués, el ir y venir de gente, la conversación conocida, la sensación de comodidad típica de toda fiesta zombie que, esa noche lo descubrimos, se debía en gran parte a las personas. no lo comentamos del todo en ese momento, sino que dejamos pasar un tiempo, quizás estábamos confundidas, tal vez era el frío y la espera lo que nos había trastornado; pero cuando vimos que la siguente banda llegaba cargando un sintetizador tamaño familiar optamos por huir precipitadamente del área de música en vivo. nos refugiamos en un banco del pasillo y vimos la circulación de seres, la mayoría de ellos desconocidos, y también parecía que desconocían la casa. no supimos hasta ese entonces el poder del amoldamiento, puesto que ése era un cambio en el cotidiano suceder de las cosas, y realmente nos chocaba. temimos la posibilidad de que las fiestas zombie siguientes fueran así, nos sentimos inmediatamente extranjeras en un lugar en el que antes nadábamos como en la noche y en nuestros hogares. nos mudamos al piso de la cocina, al lado de un calefactor, y seguimos lamentándonos de la situación. escuchábamos la música en vivo mezclada con cumbia que pasaban por la radio y dejamos pasar el tiempo intentando abstraernos del espacio en el que nos encontrábamos, escribimos listas de cosas para hacer y llegó ezequiel, que había estado escuchando la banda. al poco tiempo apareció iñaki con hambre de tacos, que todavía no estaban listos. encontramos un lugar donde sentarnos -un lugar con sillas- y estuvimos ahí el resto del tiempo. luli y yo le comentamos al resto de la gente nuestra apreciación acerca de la fiesta y temimos un rato más, hasta que, de forma paulatina y casi imperceptible, la gente empezó a cambiar, aparecieron algunos que solíamos cruzarnos ahí y en recitales y se fue parte de la gente que no conocíamos. respiramos aliviadas, el ambiente había cambiado. además habían llegado flor y ale y un amigo de iñaki que también había estado en el recital de i suck y utopians del cbgb y los tacos estaban listos y los bondadosos compradores tuvieron el encanto de convidarnos a todos y el amigo de iñaki repartía vino a quien quisiera y flor me regaló cuanto cigarrillo le pedí y era nuevamente una fiesta zombie como las de siempre, con, como siempre, una cosa fuera de lo normal para distinguirla del resto. nos quedamos hasta ser casi los últimos y salimos a nado por la puerta por la que habíamos entrado hacía horas. lulú, ezequiel, iñaki y yo emprendimos el camino de regreso, desprendiéndonos unos de otros cuando llegaba un autobús o una calle que algunos tenían que tomar mientras que otros no. ezequiel fue afortunado, pues su colectivo -el que habíamos tenido que esperar una eternidad a la ida- estaba a punto de llegar a la parada de colectivo justo cuando llegábamos a ese mismo lugar. lo saludamos con cierta envidia pensando en la semi calefacción colectival y lo muchísimo más cerca de su casa que estaba ahora. en la misma esquina nos despedimos de iñaki, que tenía otro camino por delante. con lulú seguimos derecho un tramo, y después de un tiempo de espera considerable sumado a un frío en exceso perceptible me di cuenta de que podíamos haber tomado el mismo colectivo que ezequiel. puteamos un rato y de pronto vimos una réplica del número de bus que habíamos mencionado hacía un momento. lo siguiente fue alzar el brazo y sonreír y subirnos y pedir boleto de ochenta y aplastarnos contra los asientos víctimas de un cansancio atroz y bajar y caminar cuadras chetas y llenas de gente y llegar a casa y sumergirnos en las camas.
y así terminó.

4 comentarios:

cat dijo...

me lo leí todo. pensando que no iba a aguantar, la cuerda de ayer duró hasta tarde y acabo de recuperarme de ella.tantos rectangulos numerados conocidos que se iban, y lo mejor era pensar que ya fue, acá está calentito, estoy con ceci, espero. o mejor dicho, lo dejo pasar. fue rarísimo, tanta cuerda en ese lugarcitito de tres por siete...salí con una energía extraña y mis oídos desacostumbrados(vayase a saber si para bien o para mal).
che, contandole a ceci que quiero volver a jugar al básquet, me dijo ay jules juega! y me di cuenta: podemos cumplir eso que siempre quise, hacer un picadito! sería tan feliz...
que vivan las coincidencias
y gracias por el comentario :)

cat dijo...

dalee! sí tengo dos lugares...donde jugaba yo en aquellos tiempos, y en mi facu, hay un polideportivo abierto a todo el que quiera ir...tendría que ver si la cancha cubierta la puedo usar...por el frío vio, aunque la descubierta está buenísima, estuve yendo el año pasado.
yo el mirecoles voy y pregunto que ondis, y veo como puedo conseguir una pelota, si es que no tenés vos, porque la mia es muy malísima.

que diverrrrtido!
beso :)

cuerpoespín dijo...

fue una gran descripción, y eso que lo dice alguien que estuvo y no un tercero (de palo) que puede apreciar la escritura pero no se daría cuenta si lo que decís es en realidad así o quizás no tanto.
no te escucho
soy de palo
tengo orejas
de pescado

y te amo, claro. y te veo mañana al middei y si subo y mi hermano está en mi cuarto voy a gritar.

cuerpoespín dijo...

dios necesito escuchar campos de algodon
te odio tanto.