gingko bilboa

to do to do to do
esperando una posible llamada telefónica invitación a la memoria de julia, que está presente que no quiere hacer acto de presencia escondida detrás de supuesta colgadez, supuesta perdición en otros mundos más lindos.
espero a que me llamen para poder declinar la propuesta como corresponde, un no extendido, una justificación con voz de circunstancias, un dolor de cabeza sincero y la presión de mañana, pasado, el miércoles.
el martirio del martes, la espalda desnuda pegándose a la felpa de la silla nueva, el ruido, los perros, los autos, las perras en los autos, un viejo que reinvita a una chica al abergue transitorio del que acaban de salir.
una plaza abierta que parece cerrada, luz, luces como si fuera de día adentro del paraíso de pasto, madera y cemento, arrolladitos primavera en pleno verano, la grasa en los dedos, en el papel de rotisería, en las hojas de limón que frotamos para ver si lo son, si es limón bichado, una hoja bífida, ¡ginkgo biloba!, al final una cruel mentira de serpiente, fotos, fotos con orejas de conejos y un dibujo con orejas de conejo, paseos stalker por plaza serrano, baggio multifrutal multirrefrescando las multigargantas, colectivo capicúa para cata y el dolor de cabeza que persiste, que aumenta con los pasos, éste es mi barrio, que los fines de semana y feriados estalla de colores y locuras, mi barrio, alcohol y fiestas y mucho estilo, todo cool, bares modernos, restoranes vintage, viceversa, vacío, voy a mi departamento y me gustaría que no entrara tanto ruido desde la ventana abierta, al menos hay brisa, al menos lleno mi panza de agua fría y de tafirol 400 mg, escaneo la ginkgo biloba y me entero de que no lo es y la renombro y tengo sueño y un sofá cama con colchón duro pero bueno para la espalda y me doy cuenta de que este texto termina casi igual que el anterior, la escritura automática, el aburrimiento, el sueño, &tcétera.