montauk madryn

ahora vuelvo a sentir mis manos, pero hace media hora fue frío como antes y fue más, y ayer se canceló el vuelo por mal tiempo y hoy me despierto con la ciudad medio nevada.

¿qué?

sí, madryn estaba medio nevado y la nieve seguía cayendo, y cuando llegué hace diez días había un sol brillante, justo como lo quería, y casi que veinte grados, pero tuve la certeza de que se iba a nublar, pero no pensé en nieve, tenía más bien la sensación de nublado y lluviallovizna, como el domingo, y así se puso, y en el medio de mi viaje quise quedarme un poco más, y el vuelo se canceló y tuve la libertad de elegir hasta qué día (hasta mañana, es la cantidad perfecta) y hasta qué hora (a la tarde, así no llego a la madrugada), y hoy, que me despierto con nieve, es como si madryn hubiera decidido mostrarme todas sus variedades climáticas, incluso las poco corrientes, y la nieve sigue por la ventana y hace un poco más de media hora fue la nieve sobre la cabeza y en la espalda y los pies, nevaba y salí con viento a favor y la nieve que se arremolinaba discreta, y caminé y se calmó cuando llegué a la playa, y el eterno resplandor del sol en el agua a pesar de las nubes, la adaptación patagónica de montauk y el pacto de que mejor no vamos a lacuna y vamos a ser amigos para siempre. llegamos al punto del entendimiento, no sé cómo hacer mis ofrendas, pero creo que sirve que venga de vez en cuando, y que me haga bien le hace bien, casi que lo sé, está en el informe kármico online, está en la repetición del ritmo de los posts madrynenses, en mis papás y los amigos de acá y los perros y la gata y la playa, la playa por siempre jamás.